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Según el Servicio de Inteligencia de Seguridad de Nueva Zelanda (NZSIS) la injerencia extranjera es un acto perpetrado por un Estado extranjero, a menudo a través de un representante, que tiene por objeto afectar, perturbar o subvertir los intereses nacionales de Nueva Zelanda por medios engañosos, corruptos o coercitivos. La actividad diplomática o el cabildeo normales, así como otros esfuerzos genuinos y manifiestos por influir, no se consideran injerencia.
En esta ficha informativa, “Estado extranjero” significa cualquier país que no sea Nueva Zelanda, es decir, todos los países menos Nueva Zelanda.
La injerencia extranjera perjudica los derechos y las libertades de las comunidades étnicas
Se dice que hay injerencia extranjera cuando un Estado extranjero intenta interferir en Nueva Zelanda para lograr sus propios objetivos. Los Estados que llevan a cabo esa actividad quieren controlar y cambiar la sociedad, los intereses y las conductas en Nueva Zelanda. Lo hacen para tener más influencia y control.
La injerencia extranjera perjudica la independencia, la democracia, la economía, la reputación y a las comunidades de Nueva Zelanda. Las comunidades étnicas de nuestro país pueden recibir atención no deseada de Estados extranjeros, y sentirse inseguras y perjudicadas en sus derechos y libertades. Las actividades diplomáticas normales entre los países no constituyen injerencia extranjera.
¿Cómo puede afectar la injerencia extranjera a las comunidades étnicas?
La injerencia extranjera en las comunidades étnicas puede ser difícil de detectar. He aquí algunos ejemplos de actividades de injerencia por parte de un Estado extranjero o de alguien que realiza actividades de injerencia por encargo de este en Nueva Zelanda:
- tratar de controlar e intimidar a las comunidades o a las organizaciones o grupos comunitarios
- negarse a tramitar o emitir documentos oficiales para acosar, intimidar y controlar a las comunidades y sus acciones
- quitar o amenazar con quitar visas, pasaportes u otros documentos oficiales a personas que residen en Nueva Zelanda para acosar, intimidar y controlar a las comunidades y sus acciones
- amenazar a personas que residen en Nueva Zelanda o a sus familias que viven en el extranjero (lo que incluye las amenazas y el acoso a través de las redes sociales)
- obligar a las personas a regresar a su país de origen contra su voluntad
- vigilancia y seguimiento no autorizados de la comunidad por parte de un Estado extranjero para amenazar o intimidar a las personas
- tratar de impedir, mediante amenazas o intimidación, que ciertos grupos o comunidades compartan abiertamente sus puntos de vista u opiniones diferentes de los del Estado extranjero
- tratar de impedir que se lleven a cabo eventos en Nueva Zelanda para evitar que la gente exprese opiniones o creencias con las que un Estado extranjero no está de acuerdo
- transmitir amenazas provenientes de un Estado extranjero a la comunidad que reside en Nueva Zelanda
- tratar de modificar el funcionamiento de las elecciones y otros procesos democráticos
Este contenido es una adaptación del Informe de 2024 del NZSIS: entorno de amenazas contra la seguridad de Nueva Zelanda